La historia de Gilberto Pegoraro nace de una tradición artesanal, de una pasión de familia y de la capacidad de entender el futuro. Su abuelo Giovanni construía trilladoras y acostumbrado al sudor y al sacrificio, trató siempre de facilitar el trabajo a los demás. La misma misión, de simplificar las actividades de los otros está en el ADN del nieto, hijo de arte, con sus muchos años de experiencia en la IRMA, empresa fundada por su padre Sante quien ganó un lugar como líder en el sector, creciendo desde abajo.

En el cambio generacional los Pegoraro prefirieron trabajar primero en el campo: conocer el producto, pensarlo, proyectarlo, y construirlo, arremangándose entre los trabajadores. Con el orgullo de saber que cada detalle sería apreciado por un ojo experto como el suyo. En 2006, Gilberto Pegoraro fundó su compañía, ya fuerte por el gran crédito adquirido y por los ámbitos experimentados, con el deseo de dar un nuevo impulso al sector.
Ideó productos nuevos y comenzó inmediatamente a producirlos, dirigiéndose a los mercados internacionales, abriéndose nuevos caminos. Hoy Gilpeg Ind. no tiene la intención de pararse. En las venas de este joven emprendedor, artesano, visionario y trabajador, corre el deseo de "viajar" junto al cliente que es ante todo un amigo privilegiado.

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